Todo parecía ser sencillo, esa forma de sonreír estaba tan dentro de mí que el cruzar por la esquina de su casa me seguía descontrolado el pulso cardíaco hasta dejarme sin habla.
Caminando hasta su casa, recordé que en la llamada había mencionado que no habría nadie en su casa, algo no muy usual, dado a que está su papá, o hermana a pocos metros de nosotros, esta noche sería diferente, casualmente no supe sobre llevar el tema de lo sexual con ella, siempre estaba tan dispuesto a todo con ella que si pasara seria una linda histo…
Tap Tap tap!.
Los golpes de mi mano en la puerta hacían una extraña cancion en sus oídos, esa puerta de color negro, estaba apunto de ser abierta, dejando mostrar a la fémina que estuvo conmigo durante algunas noches frías. Ahí estaba, con esa sonrisa espectacular y esas curvas tan lindas que parecían instar todas mis ansias, parecía que mis intenciones iban a cambiar entrando por esa puerta, me recibió con un beso, tal vez no estaba listo, pero el beso despertó alguna curiosidad dentro de mi por escuchar sus gemidos, quizá la había visto tantas veces en la calle y en mis pensamientos antes de ir a dormir que esa noche no pintaba nada extraño, tratar de abusar de su confianza estaba muy fuera de mis planes.
Al cerrar la puerta y después de unos lindos besos la película comenzó, tal vez algún beso subido de tono despertó en mi la ansiedad de tener su cuerpo sobre mi, tal vez estaba tan alejado de la luz que prender la misma y detener nuestro acto estaba fuera de la escena, mi boca estaba entre sus labios y con esa misma sonrisa estaba aparentando mis labios, tal vez insinuando en dejar claro, que mis ganas eran directamente proporcionales a las de ella, así que una erección surgió bajo mi pantalón, ella por supuesto que lo noto, era tan visible en mi pantalón el liquido preseminal que despedía mi pene que cualquier momento ella lo notaría.
Cuando entré por aquella puerta negra, el niño lindo de las flores y las canciones, se había ido con la niña tierna de la mirada brillante, habían dejado a la deriva a dos chicos con ganas de explorar terrenos prohibidos y muy poca experiencia en sexo que se prestaron a conocer el deseo carnal.
Comenzó a moverse dejando en claro que su intención no era portarse bien, y cuando menos lo esperaba la escena sexual estaba haciendo presencia, mi mano estaba en su sostén, mi estupidez salió a relucir, y ella noto que no pude quitarle ese sostén de color negro, aburrido de sentir que ella bailaba sobre mi con su cadera, decidí levantarme y llevarla hasta recostarse en aquel sillón, quedé sobre ella de tal manera que le dije adiós a mi camisa y ella estaba lista para besar mi cuello, no obstante, ella noto que estaba mas inquieto, así que entre besos acalorados, mis manos estaban perdiéndose bajo su sostén, te seré claro que no había notado que cuando besaba sus senos ella mordía sus labios, avisando que había dado en el punto débil de su cuerpo.
Ella tan tierna siempre, diciéndome “te amo, cuidate mucho por favor “ ahora estaba convirtiéndose en lo que yo siempre me quise tirar, esa loca frenética, que no para, a sabiendas que podría llegar alguien y encontrar nuestra escena.
Nos importo poco, me quite la indumentaria que cubría mis piernas y estaba en ropa interior, ella me vio y sus ansias de tenerme dentro de ella subieron al por mayor, cuantas veces la bese, pero no de esta manera, cuantas veces la mire pero no sudando, cuantas veces respire su cuello y ahora no puedo dejar de besarlo.
Justo cuando le dije adiós a su botón, su cremallera bajo y dejo ver su ropa interior, me di cuenta que combinaba su ropa interior, me di cuenta que alguien pensó en esto antes que yo.