sábado, 4 de enero de 2020

Cuando el diablo se reía de mi.

En una tarde calurosa cualquiera, de esas que hasta el viento esta caliente, me senté en las mecedoras a tomar el té.

El diablo, mi acompañante, viendo mi semblante triste me hizo una pregunta sencilla, que antes de responderle él ya sabía la respuesta.

--"¿Mujeres?

Confirmé buscando el suelo para no responder directo. Se limitaba a mirarme y sonreír de a poquito, se me estaba saliendo tu nombre de tanto suspiro, pero agarré aire fuerte y apreté los labios.

Se me hizo ligero el té pa recordarte, y me leyó la mente cuando me extendió una cerveza mientras yo sacaba los cigarros.

Comenzamos a hablar de mujeres, lindas,  bellas, hermosas y peligrosas mujeres, al calor de la tarde nos acurrucamos con los recuerdos y ninguno lloró, aunque ninguno decía nada,  veía que el sol se ocultaba y se veía tan lindo como tú  dormida.

Nos hicimos de palabras y para no andar triste sacó de su bolso algo de zacate mágico, se escucha más bonito ese eufemismo.

El mismo Cholo del que nunca hablas, estaba sentado en un lugar apartado platicando una vez más de tu sonrisa, rompiendo la regla de no hablar de ti con nadie, es que eres mi tema favorito.

El diablo me miraba, y sus ojos rojos y ardientes como un carbón nunca me intimidaron, le hablé de ti, le hablé de tu sonrisa, y me pidió que fuera específico por que mi quijada ya estaba desviada.

Mis movimientos eran lentos pero mis palabras eran reales, le platique de la primera vez que te bese, esa forma de en que me miras nunca se salió de mi alma.

Mis ojos ya estaban rojos, pero no por que quisiera llorar, estaba en pleno vuelo, igual a cuando tu me besabas y te parabas de puntitas.

Me latía el corazón lento, y la tarde ya había caído, ya sólo quedaban algunos rayitos de luz, semejantes a tu mirada.

El diablo sólo me miraba, y el estaba tan prendido como yo, el se reía de mi cara cuando mal pronunciaba tu nombre, yo nomas agarraba aire y lo aguantaba en el pecho hasta que se me fueran las ganas de lagrimear.

Una vez más estaba pensando en ti, la luz ya no existía, habían sólo un par de estrellas que hacían de mi firmamento un lugar más estético para un moribundo como yo.

Las estrellas comenzaron a bailar tu canción favorita, no tardaron en sacarme a bailar, pues ella me habían visto practicar esa canción para invitarte a bailar.

Nomas me quedaban recuerdos, el diablo se había quedado dormido y sus ronquidos eran duros y largos, como si lo estuviesen asfixiando.

No sabes a cuantas flores les he preguntado si me quieres y las he dejado sin pétalos.

Quería llamarte y decirte que otra vez estaba pensando en ti, pero si él veía que te estaba llamando iban a pelear.

Entonces me metí la mano a la bolsa, y la deje ahí, para recordar como te gusta que te bese y como te gusta dormir sobre mi.

Dejé al diablo en la banqueta y pateado piedras llegue a mi casa, te escribí una nota para cuando te sientas triste, te la dejo aquí por si la quieres leer, yo tengo sueño, y espero que mañana no tengas su olor por que te quiero ver.




"Corre!, yo se que las cosas no andan bien, que te cansaste y que tiraste la toalla esperando que se solucionaran, y las cosas cambiaran, pero no fue así.

Esta noche no quiero que te sientas mal, toma un suéter y olvida lo que pasó en tu nido, sólo para buscar estrellas bonitas que te hagan suspirar.

Nadie te va a solucionar las cosas, ni siquiera yo, pero quiero que te rías un ratito, y que se te baje el miedo y la impotencia con un rato de nieve y caricias reales.

Tengo mi pecho por si te quieres esconder y tengo mis brazos por si quieres sentirte fuerte y pequeñita,  es que hace un tiempo escuche que por tu edad ya no quieres esconderte debajo de la cama, pero aquí tengo tu manta favorita, si no quieres hablar y quieres dormir.

Te traje chocolate por que quiero que no tengas frío, te traje calcetines por si los tuyos se mojan cuando vayas al baño, y tengo algo de bombones si tu llanto se resiste a parar.

No tienes que decirme nada que yo no voy a preguntar, pero estas obligada a lavarte los dientes y meter la cabeza en las cobijas o tendré que verme obligado a levantarte temprano.

Entiendo que hoy tu cabello no se mira lindo, pero aquí tengo una liga de ositos sólo para mantener a raya tu flequillo.

Tengo un par de horas hasta que amanezca, es que me sentí vacío pero esta noche estoy feliz, me siento que puedo contra el mundo, pero me siento débil contigo.

Te voy a ser honesto, ya me dormiste el brazo, pero quiero que te quedes así, por que mañana te marcharas temprano."