lunes, 14 de enero de 2019

Emilio el perro.

Y piso a fondo el acelerador, podía ver las placas pero no podía seguirla por que me puso una soga en el cuello el cual me impidió decirle adiós, tenía prisa por llegar a casa y no me dejó agua o mis croquetas favoritas.

Tenía muchas preguntas, aunque no entendí nada al principio, pues solíamos divertirnos con muchas ocasiones en las horas de osio, y de más ocasiones tontas que pudiera recordar, ayer no podía dejar de mover la cola y hoy sin más no me dijiste nisiquiera adiós con la mirada, tu nariz estaba roja y era por frío por que la reconozco, cuando estas triste se hace chiquita y hoy era por frío.

Me dejaste aquí, odio le llaman, mi pelaje necesita tus uñas y no creo que pises el freno para regresar a rascarme  la panza, te veías hermosa, pero no me amas como antes de ayer, tengo muchas preguntas, la más interesante es donde dejaste mi pelota favorita, estoy aburrido y no se como hacer más pasajero el tiempo hasta que vuelvas.

Tu perro consentido, Emilio me dices, la soga es muy pesada y ya me la quiero quitar pues me lastima, tus pies estarán fríos está noche y no quiero que la pases sola, pues necesito tu compañía aparte los ladrones deben saber que estarás conmigo  y ocupo ladrar muy fuerte para cuidarte como todas las noches frías.

 No tengo pulgas, y mi pelaje brilla, cuando me miras muevo la cola y he aprendido a dar la patita recuerda que doy vueltas de costal para que veas que estoy feliz cuando me miras, aunque hoy no estoy feliz, me gustaría darte la patita, mis orejas están por los suelos.

Cuando te dije que podías hacer lo que quisieras conmigo ni me refería a esto, pues entendiste un poquito mal por que no me quiero alejar de ti, aunque a ti te entusiasma la idea de buscar que hay detrás de esas rocosas.


Ven y dime que es lo que hago con mi cola que ya me pregunta por ti, estoy listo para esperar tu llamado, aunque cuando llegue a ti, me des una patada para que me vaya, debería aprender que, aprender nuevos trucos no me hará más interesante, si no más aburrido.

No se donde está la salida, pero que bueno que no se leer, tal vez ya estoy afuera, y olvidaste mi nombre, pero aquí está tu perro, moviendo la cola y jadeando fuerte.

El loco.


Era esa noche de lunes donde honestamente buscarla no era una buena idea, pues todo a mi alrededor apuntaba fácilmente a mi cabeza, y me decía que ella no pensaba en mi ni 5 minutos, por que ahora era aquel don nadie que no se debe decir su nombre,pues en teoría.

Me llegue a sentir importante para alguien a quien no era prioridad, quizá me deje llevar tanto cuando me sonreía que ahora solo me quedaban recuerdos inútiles.

Despiertas y la persona que un día te enamoró a base se risas y sonrisas, ya no existe, solo se quedó alguien quien ya no me reconocía cuando me llamaba, su sobre forzado esfuerzo de contestar, rompió la promesa que me hizo aquel día de no cambiar, me comencé a revolver en la cama buscando una posición cómoda, la cual no me trajera recuerdos cuando ella dormía a mi lado, busque entre mis sábanas mi olor pero ahora su olor estaba en todas partes.

Me arrepentí de no besarla más veces la última vez que la vi, ella sonriendo, aquellas veces en que de verdad le significaba algo mi nombre, ahora solo era un mensaje más en su celular, un mensaje molesto el cual le cansaba y le daba flojera contestar, ya no era ella, tal parece que se esforzó tanto en enamorarme que cuando lo logró sólo tomó sus cosas y abrió la puerta, se le olvidó que le había dado todo y ahora solo me quedaban ganas de volver a los meses donde ella estaba igual de enamorada de mi que yo de ella.


Es aquí cuando todas esas peleas tomaban sentido, aquellas palabras hirientes me estaban llegando a la mente otra vez, aquellas donde era casi un hecho que no quería continuar con una persona como yo, un "loco", debería volver y por lo menos dejar de ser cobarde para responder donde es que pondría todo este amor que me quedo después de su último beso, y en que calle fue que la perdí, que ya no la encontraba.

Como seria mi vida sin ella ahora y como espera que una persona como yo no vaya por el mundo recordándole, sin duda alguna, la pregunta que me golpeaba con rencor en la cabeza, era aquella que me hace el corazón

 -"¿Como es posible que no se sienta como yo me siento?" por alguna razón me llegaba a la mente su tranquilidad, ella estaba bien, rodeada de pláticas con algún tipo tonto, ella no tendría que soportar y yo me quedaría con las dudas en la cabeza sobre quien fue el maldito que se metió entre nosotros o por lo menos cuando dejó de sentir lo que ella me decía, que yo no se como mierda lo hizo de la noche a la mañana, por que todos están de acuerdo que no duele cuando no te lo dicen, duele cuando te das cuenta y no puedes hacer nada, ella estaba tranquila, y yo aquí, con una botella y mi guitarra, viendo la almohada que ella uso, para dormir conmigo abrazados por el frio, y recordando la forma en que a ella le gusta que le haga el amor, no siempre fue miel sobre hojuelas, tengo que aceptar que tuve errores y aún así nunca dudé en reparar y sorprenderle en momentos donde ella estaba triste, buscando entre mi cabeza formas de verla sonreír solo para mi, egoista si, chico malo, tambien, toda la tarde estuve tratando de sofocar aquellos recuerdos cuando se paraba de puntitas al besarme, quizá ya no las podría disfrutar nunca más.


Llega la conclusión que no importa cuanto le llore ella está feliz, quizá ella no tiene remordimiento alguno cuando piensa en mi, aquel idiota con una guitarra y flores no significó tanto como yo esperaba, me daba la culpa de tan solo poder disculparme por hacerle perder el tiempo.

Mis ahorros estaban por los suelos y mis deudas en el cielo que ahora solo me faltaba tener que salir de casa y busca aliento, uno que no venga de nadie, tal vez esas palabras bonitas que una vez uso en mi, las usaría con alguien nuevo y eso era lo que más tristeza me daba en la cabeza, rompía mi corazón y lo mandaba a una tumba, lo que dijo un dia, solo eran palabfas vacias, y era ahi donde me dolia, me iba a atrever a decir que mi alma la enterraria pero mi alma la tenia  ella, la olvidé en su cuarto la noche en que lo hicimos por última vez.


Sinceramente nunca me importó gastar golpear a mi cochinito para ir con ella, me sonreía  y valía la pena, cada turno extra y tonterías que llegue a hacer, me dijeron que los caballeros no dicen nunca ese tipo de cosas, pero somo humanos, ella quizá pudo decirme que no sentía nada por un idiota como yo esa última noche bajo las cobijas, así yo no iba a tener que estar en esta noche, con un charco de alcohol dentro de una botella y con una guitarra desafinada, además de los recuerdos en mi cabeza.


Supongo que mi mentira favorita, era aquella donde decía que se casaría conmigo.