domingo, 2 de febrero de 2020

Te presto mi pecho.

Te compro esa sonrisa falsa, con dinero falso de mis cuentas falsas, dame el número de tu tarjeta invisible, para agilizar los procesos y que no tengamos problemas con la burocracia sindical imaginaria.

Usa mi hombro para llorar, si es que al que le sobra panza te hizo llorar, no importa yo no voy preguntar, sólo dame 5 minutos más para volverte a mirar.

Te he visto reír y tú no ríes así, dime por que despiertas tan desesperada si ayer me dijiste que eras feliz, ese sentimiento de ansiedad y tú mala costumbre de ser amiga de la incertidumbre no me agrada.

Desearía no conocerte así de bien, no te había visto en un tiempo, y ahora que te veo ¿Desde hace cuanto te aguantas las ganas de llorar?, te sugiero que no lo hagas, tu dolor es mi dolor, y no quieres verme llorar a mi también.

No voy a preguntar si no quieres, y tampoco vas a responder si no deseas, pero deja de mover tanto tu pie, me estresa, dime en que calle fue que perdiste tu calma, y por que ahora te sientas a cenar con la sombra del recuerdo.

Te aseguro que tu paciencia esta debajo  de tu cama, detrás de los calcetines, justo en ese lugar donde no alcanzan tus brazos.

Deja de morderte la parte interior de los labios, eso no es bueno, te ofrezco algo de comprensión, la había dejado guardada en el cajón para ti, sabía que la íbamos a necesitar después.

Te traje buenos recuerdos para que te rías un rato conmigo, y en los bolsillos tengo intenciones de dormir hasta tarde, traje chistes de gatitos, supongo que tienes sueño, pero dormir temprano lo puedes hacer después, mañana hay más tiempo hoy te propongo una guerra de pulgares.

Dime cuantas noches, le dedicaste insomnio al pasado, y cuantos recuerdos tienen nombre, dime en que parte de la historia tu sigues suspirando y cuéntame sólo por hoy por que suspiraste tan fuerte antes de decirme "Hola".

Cuenta los desvelos, y cuenta las veces que despertaste antes de la alarma pensando algo, o si tiene apellido no me hagas adivinar, he venido para prestarte mis oídos por que algo me dice que los vas a necesitar.

Te propongo una situación más cómoda, que ese episodio raro que tuviste, dopamina pa llevar, te invito agua de limón y jamón para dos.

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