Te voy a escribir un poema
No importa cuantas noches me tarde
Te declaro musa de la terquedad
Una que ayer no me dejo dormir,
Empezó en noviembre, y me hace suspirar
En todas estas noches de abril.
Ayer te vi caminando,
Por las calles donde te conocí
Ibas con tu hermana la prieta,
Pero no hice nada y media vuelta le di
No mames, te veías hermosa, pero ¿Qué te puedo dar yo a ti?
Tengo miles de cosas que contarte
Modestia aparte, me está yendo a toda madre
Para mí mala suerte,
Sólo a mi almohada le platique
Hipérbole, sólo me dice "Mudita"
Y me manda dormir intranquilo, preguntando
¿A estas horas, donde estas?
Y ayer en el segundo cigarro, me acordé de ti
Ya estaba listo para dormir
Evidentemente no pude, te metiste a mi cabeza y hasta muy tarde te saqué
Todavía no se te quita la costumbre de sonreír cuando subes sobre mí.
Te miraba extrañado, tu piel estaba más suave
Tenías algo de frío, y yo que no soy egoísta,
Te tomé de la espalda con fuerza, te apreté
Hasta que te quedaste dormida, con tu nariz rosa.
Te evité varias veces, en ninguna tuve suerte
A la dueña de la parte más grande de la cama
Yo sólo le tenía miedo a perderte
Ahora que te fuiste, ¿a qué chingados le puedo temer?
Tengo ganas de beber hasta quedarme dormido
Y ya borracho ponerte faltas, por consiguiente, mandarle hablar a tus papás
Ponerte el sellito de faltas, y no explicarte nada
Pero ha pasado el tiempo, y en este bisiesto
Yo nomás no te saco de mi mente.
Mis alumnos ya me preguntaron por ti, pues
Cuando escribo los de razonamiento
Siempre pongo tu nombre a comprar manzanas
Y ya se dieron cuenta que tu sonrisa existe
Pero no les dije mucho, y felicidades
Tú ya les enseñaste a dividir con decimales.
Son curiosos los chamacos,
Yo nunca les hablo lo que pasa en mi cabeza
Piensan que eres mi amada esposa
Yo les digo que si porque saben
Que siempre pienso en ti
Tengo miedo de decirles que hace un tiempo tu ya no perteneces aquí.
La buena noticia, es, que, de todas las veces
Que pensé en escribirte, en ninguna lo intenté
Y tú ya conoces mi idiosincrasia irreverente,
Así que hasta el momento íbamos bien.
Me gusta que seas segura, así te conocí
Y para que te sientas más bonita confieso
“Ayer tenías curiosidad, hoy tienes mi atención”
Tú siempre procrastinando a planear nuestra boda y por causas ajenas a mí,
Esta noche dormiré sin ti.
Caminando solo por las calles
Imagino que te tomo la mano de repente
Pensando en cómo diablos sería la vida
Si por alguna pequeña razón, todo fuera diferente.
Sabes tú muy bien cómo soy de ridículo
Voy pensando en formas de hacerte reír
Me gusta la suerte que tengo de lograrlo
Aunque a veces sea conmigo y otras veces sea de mí.
Ya van 90 días que no te escucho reír
Mi brazo se pone frío porque no te tengo aquí
Prefiero que duermas más tranquila
A que te metas en problemas por dormir aquí.
Cabrona, me robas las noches, ¡basta!
Me cuesta mucho trabajo dormir temprano
Te sientas en el borde de mi cama
Pasan dos, tres, horas después de las doce
Y pareciera que no tienes casa.
Chaparrita, esta noche no te voy a llamar por tu nombre
Voy a preguntar por qué no has venido
Y te voy a jalar de la cadera como otras noches
Tengo ganas de llamarte y darte un beso largo
Tan largo como mi espera.
No te llamaré por tu nombre porque,
Eso de decirte "Mujer de mil lunares"
A veces pienso que es un poco cursi
Y te soy honesto mi favorito es el de tu pecho
Ese que me invita a menospreciar tu rostro
Y me acuna a dormir en tu pecho tibio.
Piernas cortitas, siempre caminando mientras ríes
Y avanzas mientras yo te veo, cabello suelto
Y viéndote, sabiendo que ese recuerdo va a doler
Subes sobre mí y me besas, abro los ojos, no estás.
Yo solo pienso en ti
Todas las noches me acompañas a dormir
Te busco entre los ratos, te odio en las horas que no llegas
Y yo encontrándote sólo en vacíos.
Por eso deje de buscarte
Porque, yo ya no sabía que hacer
Me puse a escribir un par de poemas
Los cuales jamás te iba a enviar
Y tú ibas a ser musa de cartas
Las cuales nunca ibas a leer.
Te miraba extrañado en esas fantasías
Mientras poco a poco te convertías en extraña
Revolcándote en tus sábanas ajenas
Mientras yo le rogaba otro cigarro a la cajetilla.
Tuve ganas de un gemido tuyo en mi oreja
Y tu espalda tibia entre mis manos
Sin embargo, me puse a escribirte cosas bonitas
Como todas esas noches en que junto a mi dormías.
Nos estorbaron las buenas costumbres
Y los ideales ortodoxos, de no buscar aquello
De las cosas en las que siempre piensas
Estuve una noche más viendo tus fotos y ahí me quedé
Pensando, en todo lo que no te dije,
Cuando te ponías los interiores, rosas
Sonriendo te miraba anonadado, exhausto, pendejo
Pues, hoy yo tan amante de lo ajeno, envidiandole a él
Mientras tú estabas otra noche, tratando de no reír sola.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario