jueves, 27 de julio de 2017

Mi chica está enojada, son esas peleas que nunca sabes por qué comenzó, pero quieres que terminen rápido, recuerdo como hacía apenas el jueves la abrazaba después de salir de la prepa, la deje en su casa, le di su mochila, ella me regalo un beso y sin voltear se metió a su casa, apenas di media vuelta y sentí su mirada desde la ventana, sonriendo.

Me enamoré, como mil veces he contado, pero seguirá pasando, y es que su mirada es mí favorita, y para ir al grano y no irme por otros lados, mi chica seguía con su estupida dieta para que el vestido que había comprado le quedase perfecto, la veía con manzanas y agua todo el día y yo odio que haga eso, su cuerpo es una perfecta obra maestra, tal parece que Dios estaba de buenas y Los Ángeles estaban inspirados.

Me invito a aquella fiesta tan mencionada, ella me decía que bailaría conmigo toda la noche, y yo estaba preparado para atender los deseos de mi fémina, aunque para darle drama a esta historia, justo el viernes por la noche se metió a su casa con mucho coraje, y yo me quedé parado 2 minutos, regresé al auto y le di marcha a casa, cabe recordar que yo y ella no somos ese tipo de pareja la cual se pelea por cualquier cosa, pero de verdad no recuerdo por qué habíamos peleado.

Para no hacerte largo el tema, no fui su acompañante en aquella fiesta y no sé si por coraje, invito al tipo que quiere ligarla, a sabiendas que es mi chica y que lo odio, subió una foto a su muro, y vi yo creo lo más bonito, cabello perfectamente peinado, silueta definida y hermosa no mucho maquillaje y  la más linda sonrisa del mundo.

Cada que revisaba la foto recordaba que estaba con aquel pelele ademas que

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