Me acerqué un día a saludar, me mandó a volar diciendo que yo era un idiota, que no me acercara más a ella pues su novio me golpearía.
Tuve que esconder la rosa que tenía para ella, recuerdo que apreté con más fuerza y me sentí estupido por haberme espinado solo por esa estúpida rosa. Élla no tenía novio, todos saben que Andrea no es la chica que se fija en los sentimientos.
Por éso decidí enamorarla en el infierno.
Le corté el cabello para alimentar algún raro fetiche de algún idiota en Internet, le corté las cuerdas vocales para que no siguiera pidiendo clemencia, le dije que élla partiría a algún lugar mejor, pues en la tierra el infierno en que viviría sería ver las partes de su cuerpo siendo mutiladas por una cuchilla que atravesaría su cuerpo.
Pedía auxilio, pero la sorpresa éra que estábamos en la cabaña de mi abuelo a un kilómetro de la carretera que va a la ciudad
-"Nadie te escuchará".
Le dije.
Cada uno de los gritos que hacia eran inútiles pues yo estaba listo y preparado para comenzar a grabar las atrocidades que ella sufriría, no me importaba que sus lágrimas cayeran, pues estaba listo para ver su sangre entre mis dedos, y sentir como la vida se iba de cada una de las fribras que adornaban su cuerpo, pues su lindo cabello sólo éra un hermoso atributo que no le serviría de nada ya muerta.
Y justo cuando le iba cortar el primer dedo desperté.
Una historia para ti, para todas esas noches en que no puedas dormir. Para más historias no olvides revisar Tecladoparlante.blogspot.com O bien googlea "Las Historias del Teclado Parlante". Revisa el blogger donde se encuentra más material, sigue los pasos de la página para más contenido y comparte estas ridículas historias.
viernes, 2 de diciembre de 2016
Mi chica de ojos cafés.
La "conocí" en un restaurante, tenía una falda bonita y estaba sentada esperando a alguien quién éra evidente no vendría, todavía recuerdo cómo arreglaba su cabello para verse más linda, llevaba su cabello y parte del fleco que adornaba su frente a la parte detras de su oreja, se levantó y se dirigió al sanitario, para poder revisar su maquillaje supongo, pues el calor estaba tan fuerte ésa tarde que el sudor éra evidente en cualquier persona.
Me enamoré, no lo dudo, pues estoy seguro que jamás había yo visto algo tan lindo como ella.
Cuando regresó a su mesa pude ver su peculiar caminar, hechaba sus hombros hacia al frente y bajaba la cadera, ocultaba las pompis con un bolso largo de color blanco, el cual estaba adornado de piedras y tenía una correa que subía hasta su hombro. Éra estúpido ir a saludar, pues no es común saludar alguien que te mira desde lejos, yo tenía tiempo sentado en el restaurante, pero quería saludarla.
Pensé que la molestaría si me acercaba, yo no soy de los tipos que saludan a las chicas como sin nada, de los que sonríen y se ganan su corazón, yo soy un simplón, no tengo mucho que ofrecerle pues ella es tan
-¿Oye chico te sientes bien?, tienes una mancha roja en la camiseta, María, habla rápido a la ambulancia, oye chico te sientes bien contesta.
Múzquiz, Coahuila, 17 de Enero año 2006.
Un chico de apenas 19 años muere tras ser apuñalado con una navaja en la parte baja del abdomen, se presume ser víctima de un asalto a mano armada, en la zona centro a plena luz del día, para buscar refugio y ayuda el chico entró a un restaurante, donde murió desangrado por falta de atención médica.
Respondía al nombre de Luis Sánchez Días.
El principio del final.
-Ya no puedo seguir así, contigo, me lastimas, te lastimo, sólo le damos vueltas al desenlace.
Explicó la chica.
La gran historia de amor estaba cerrándose, para no dejar paso a la esperanza y terminar con todos los lazos afectivos en los que se veían envueltos, después de unos meses todo había llegado a su fin, las cartas escritas ya estaban entregadas, las canciones que se dedicaron un día sólo quedarían plasmadas en un recuerdo y todas las conversaciones que tenían no anunciaban alguna otra oportunidad.
-Por que me dices esto hasta ahora?, cuánto tiempo tienes pensándolo?, acaso las cosas que ayer me dijiste no eran verdad y solo estabas jugando?.
Dijo la chico con la voz cortada y las orejas rosadas tratando de tragar un nudo.
-No quiero lastimarte.
-Muy tarde
Tal parecía que la tarde de aquel diciembre no ayudaba en mucho pues la puesta de sol no se veía, en cambio unas nubes de color gris espeso se posaban sobre las cabezas de los protagonistas. La historia que habían hecho a lo largo de unos cuantos meses faltaban tan solo unos minutos para terminar.
-Entonces éste és el fin? .
-Supongo que sí, tal vez es lo mejor.
La chica cerró la plática mencionado que éra lo mejor, aunque, ¿Lo mejor para quién?.
Como todos los guerreros de la antigua ciudad oriental Nipona, él ya había tirado su espada, su escudo ya estaba tirado y sucio, ya se había rendido ante la abrumadora sonrisa con la que la chica sobresalía de la gente.
Pero tal vez, y tan solo tal vez, era lo mejor.
Explicó la chica.
La gran historia de amor estaba cerrándose, para no dejar paso a la esperanza y terminar con todos los lazos afectivos en los que se veían envueltos, después de unos meses todo había llegado a su fin, las cartas escritas ya estaban entregadas, las canciones que se dedicaron un día sólo quedarían plasmadas en un recuerdo y todas las conversaciones que tenían no anunciaban alguna otra oportunidad.
-Por que me dices esto hasta ahora?, cuánto tiempo tienes pensándolo?, acaso las cosas que ayer me dijiste no eran verdad y solo estabas jugando?.
Dijo la chico con la voz cortada y las orejas rosadas tratando de tragar un nudo.
-No quiero lastimarte.
-Muy tarde
Tal parecía que la tarde de aquel diciembre no ayudaba en mucho pues la puesta de sol no se veía, en cambio unas nubes de color gris espeso se posaban sobre las cabezas de los protagonistas. La historia que habían hecho a lo largo de unos cuantos meses faltaban tan solo unos minutos para terminar.
-Entonces éste és el fin? .
-Supongo que sí, tal vez es lo mejor.
La chica cerró la plática mencionado que éra lo mejor, aunque, ¿Lo mejor para quién?.
Como todos los guerreros de la antigua ciudad oriental Nipona, él ya había tirado su espada, su escudo ya estaba tirado y sucio, ya se había rendido ante la abrumadora sonrisa con la que la chica sobresalía de la gente.
Pero tal vez, y tan solo tal vez, era lo mejor.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)