Me acerqué un día a saludar, me mandó a volar diciendo que yo era un idiota, que no me acercara más a ella pues su novio me golpearía.
Tuve que esconder la rosa que tenía para ella, recuerdo que apreté con más fuerza y me sentí estupido por haberme espinado solo por esa estúpida rosa. Élla no tenía novio, todos saben que Andrea no es la chica que se fija en los sentimientos.
Por éso decidí enamorarla en el infierno.
Le corté el cabello para alimentar algún raro fetiche de algún idiota en Internet, le corté las cuerdas vocales para que no siguiera pidiendo clemencia, le dije que élla partiría a algún lugar mejor, pues en la tierra el infierno en que viviría sería ver las partes de su cuerpo siendo mutiladas por una cuchilla que atravesaría su cuerpo.
Pedía auxilio, pero la sorpresa éra que estábamos en la cabaña de mi abuelo a un kilómetro de la carretera que va a la ciudad
-"Nadie te escuchará".
Le dije.
Cada uno de los gritos que hacia eran inútiles pues yo estaba listo y preparado para comenzar a grabar las atrocidades que ella sufriría, no me importaba que sus lágrimas cayeran, pues estaba listo para ver su sangre entre mis dedos, y sentir como la vida se iba de cada una de las fribras que adornaban su cuerpo, pues su lindo cabello sólo éra un hermoso atributo que no le serviría de nada ya muerta.
Y justo cuando le iba cortar el primer dedo desperté.
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