jueves, 27 de septiembre de 2018

En el camino.

Estaba sentado en las faldas de la catrina, sentado con mi cabeza en sus rodillas, ella me decía que si la acompañaba al campo santo no tendría por qué volver a toparme con los problemas, que se quedarían aquí y ellos no me seguirían, me daba la opción y la observación de ponerme una soga en el cuello como un lindo collar eterno.

Que no tendría que preocuparme por levantarme temprano nunca más, que sería una buena idea después de todo, en la única de las peores épocas ella me explicaba que no tendría ningún dolor al pasar al otro extremo de la luz, y que tal vez dolería un poquito pero ese dolor no sería eterno y desaparecería en segundos.

Ella me pedía que tocara un huapango lento en mi guitarra, por que tenia ganas de cantar, tenia ganas de escuchar a los perros maullar de miedo y que la luna estaba en el punto perfecto para que yo le diera un tono en LA Menor, le explicaba que estabas tan dentro de mi que no intentaba sacarte por que honestamente no sabia como, tampoco tenia ganas de hacerlo, pues en mi cabeza aun rondaban recuerdos que tal vez para ella solo eran cosas tontas y cursis de una noche, tal vez conmigo solo perdio su tiempo y el culpable era yo.


La huesuda se reía antes de consolarme, me decía que no entendería jamás a las mujeres, y que tampoco intentara  hacerlo, me regalo una botella de tequila, con una etiqueta que decía "te perdono el mal que me haces por lo bien que me haces sentir", y no sabía si el amor era alguna categoría de ebriedad, pero había encontrado la cura perfecta.

La mujer de hueso preguntó si tu cabello era lindo, y le respondí que era el más hermoso del mundo, en tono de burla me dijo que a ti no te importaba en lo más mínimo saberlo de mi, que mis halagos para ti eran tonterías, cualquier palabra mía intrascendente y era por eso que no estabas aquí, seguía burlándose y antes de siquiera poder convencerla.

Deje el descanso y abrí la platica, para acortar camino, Citando textual mente su boca, me resumió  con un "te quiero mucho" y me menciono sin ánimos de lindura que solo era un simple recuerdo, y ese, era el punto por el cual no temía ganas de levantar el menton, y de eso se tenía que aprovechar para llevarme aquella mujer,


Me mando al carajo y ella honestamente me acompaño, no lo dudo ni siquiera pregunto a donde íbamos solo se acerco a mi cuando reposaba cabizbajo, y empezó a hacerme platica. "Un simple recuerdo"; me pasaron por la mente mil y un escenarios donde te abrace sin pensarme en esta situación.


La flaca me miraba y luego se reía al verme triste, me decía que no era un hombre, que cuando lloraba solo lo admitía, y ella se revolcaba en la alegría, cuando saliste por la puerta dejaste mis nervios y miedos al lado de las llaves, no dejaste ningún número de emergencia, tal parece que yo no necesito un instructivo para saber como reír, respirar tu aliento los domingos para poder andar tranquilo por la vida.


Un par de nahuales, se preguntaban entre murmullos por que era que caminaba con ella, y como es que hablábamos como si fueremos amigos de toda la vida, y la verdad es que ella se portaba linda solo por una razón la cual estoy aburrido de decir, pues ya lo leíste muchas veces.

Siendo honesto el mapa tenia unas manchas de café de tus descuidos en una noche de geografia y era por eso que no estaban bien definidos los lugares,aquella mencionada no se detenía ni siquiera para tomar agua y tampoco tenia la intención, así que decidi voltear y decirle que su compañía era buena, pero que no iba a ceder, perdía su tiempo haciendome platica y portándose linda.

Se erizo mi piel cuando me miro y me dijo que me estaría esperando, que faltaba un  rato, pero que cuando la mirara otra vez sería solo para caminar conmigo al mictlan, me encargo mi guitarra y siguió a la derecha después de insistir, tenia una cita, al la cual no sabía si asistir.


Y es que cuando mi chica se marchó tal vez no le gustaban los tipos como yo,  tal vez  no le gustaban los zurdos, y no la culpo, somos adictos a hacer las cosas al revés, tal vez odiaba mis lunares, pues no eran lindos y tampoco tenían una forma chistosa, quizá mis ojos son demasiado pequeños y a ella le gustan expresivos, quizá mi pubertad no me regaló, barba y era por eso que ella se había ido, en alguno de los mejores escenarios, tal vez, quiza, a lo mejor, en una suposición,  en el argumento válido o en la estrategia perdida, a ella no le gustaba el sabor de mi sazon, y buscaba alguien con dotes de chef, tal vez no le gustan los chicos de 1.76 y le gustan los de 1.77 o 1.75,pero no los del 76, tal vez no le gustaban mis chistes tontos y se aburrió de reír por compromiso, quizá mi voz no le gustaba y apenas me ponía atencion, quizá me sudaban las manos cuando la tomaba al caminar, o tal vez se aburrió de mi forma de reir, estoy más que seguro que odiaba mi manera de verla cuando saliamos,  quien quita y no le gustaba un tipo cursi y prefiere a los tipos rudos, por que si ese es el caso puedo dejar de tocar mi guitarra y ponerme un parche de pirata en el ojo y en cada sorpresa o disparate decir -"arg" en gesto de rudeza, quizá puedo golpear un cachorrito para demostrar que no me importa nada, aunque me duela el alma, a ella le gusta que le canten bonito y yo no se hacer eso.

Para ciencia cierta me cautivaron tus piernas, me enamoré de tu sonrisa y creo que tu nariz fue mi lugar de sepulcro, entonces tenia más problemas en el bolsillo de lo que podía sostener mi cinturon, ahora solo era cuestión de esperar, si mi día había llegado o si en alguna ocasion un suspiro tuyo llevase mi nombre.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Por una cita contigo.


Y me quedé esa noche ahí, viéndote, como si fuere un acosador detrás de los árboles y tú en un columpio con tus colitas y listones.

Bastante gracioso, desde mi cama, te veía como lo más genial del mundo, ahí con tu cara y tu mirada, y solo me limitaba a mirar por que nunca fui como esos tipos guapos del salón, así que no te ibas a fijar en un tipo como yo, peinado raro y piel morena. Mucho menos tenía esa esencia del chico buena onda de la tercera fila, encabezando el grupo, cayéndole bien a medio mundo solo por un chiste, no tenía la misma gracia que los demás, y era un perfecto desperfecto.

Cuantas noches caminaste con ganas de ir a ningún lugar y solo caminar, platicar de cómo te caíste de la bici cuando eras menor, y cuantas noches yo estuve en la situación idónea para comprarte un helado y reír contigo del porque tu mamá no te dejó salir una noche de sábado con tus amigos porque era tarde sin apenas oscurecer.

Tenía las historias perfectas para llegar a decirte que no tengo otro lugar donde estar, y que solo mi guitarra pudo escuchar cómo te dedique un par de letras, ¿suena estúpido no es cierto?, eso de tener una extraña fijación en alguien que en la vida le has dicho hola y que nunca a pasado frente a ti despidiendo su perfume o su simple sudor una tarde de caminata.

Por eso es que esta noche te escribo, desde aquí desde la comodidad de la banqueta de mi casa, quieres que te intente lugar y te tire la onda como todos los demás idiotas con faltas de ortografía, esta bien, intentaré sobre salir con algo de labia vulgar.


Muy buenas noches señorita, mis más cordiales saludos, espero que tengas esta noche un pequeño espacio entre tu atareada agenda y que antes de ir a dormir este mensaje no se quede sin contestar, te deseo la mejor de las noches con miedo del que dirá tu novio de mi, y si es que no tienes me presento como el pretendiente número uno, llevo en la sala de espera un par de minutos más de la cuenta y honestamente debo aclarar que su servicio al cliente es una bola de popo, así que le puse algunos comentarios en la caja de sugerencias, mire la hora y apenas me logra brindar atención, debería cambiar la manera de verme porque esa cara de molestia no me sienta nada bien, tengo más de una hora sentado y mi pierna izquierda se fue a dormir hace 20 minutos, estoy parado aquí con la suficiente fuerza para un reclamo.

Vengo a agendar una cita con usted el próximo sábado a las 7:30, espero que me atienda mejor ese día, y que la película, no me distraiga tanto porque quiero verla a usted, de todas maneras los nachos son míos y usted se puede quedar con el hotdog, pelearé a muerte con usted por la última palomita de caramelo así que le sugiero que afile su hacha de mano, si su cabello se esponja por las lluvias prometo llevar un cepillo, y me tapare los ojos cada que quiera hurgar en su nariz, no tengo problemas con su hipo si usted promete no verme como un chico cualquiera, la película comienza a las 8:10 así que si me acepta ir a caminar tengo más cosas que contarle, solo por la duda, me niego a dejarla ir sola a casa, mi auto está en la agencia, y no lo puedo sacar porque me falta pagarlo, así que buscaré un taxi uno con la radio en su estación favorita, si planea darme la vuelta después de esta cita, planeo dar en adopción este sentimiento de amor que ahora vivirá sólo en una casa de asistencia gracias a su    desordenada manera de cerrarle la puerta a Cupido.

Espero que eso viva en su consciencia si decide marcharse y no abrir mis mensajes la mañana siguiente, tengo unas dudas, solo para empezar con el cuestionario, le gusta el café por la mañana, o usted odia el mal aliento después de tres cucharadas de café, ese perfil es gracias a un cirugía o tengo que darle mis respetos al chef, su cabello es así todo el tiempo o no lo es, esta lindísima con ese pantalón, no me malinterprete el comentario, mi mirada no bajo más allá de su lumbar, no estoy siendo grosero porque a una cachetada no me quiero arriesgar, le dejaré aquí mi petición de cita espero que le guste y si no solo dígame que está esperando a su príncipe azul, le recomiendo esperarlo conmigo, porque corre la casualidad, que lo tengo atado y no llegará en los próximos años, si es así tal vez yo sea el sapo que debe besar, quien quita usted conmigo se ha de casar, espero que le guste mi insinuación, y mi coqueteo porque si no es así estoy haciendo el ridículo tratando de ligar.

Nunca tuve suerte cuando me acerque con flores a alguien y pedirle bailar conmigo, dígame que sabe quién es Chopin o mejor quien es el compositor Yiruma, si me dice el nombre de los 5 trompetistas de la banda el recodo, no tengo nada que hacer aquí.

Dime si existe alguien que te mueve el tapete y dime si tu ex aun te pone el estomago blandito, quien quita los conozco y así los puedo atar en algún árbol a las afueras de la ciudad, Si es que no pudiera conseguir tu número de teléfono y contarte mis historias después de escuchar tus mejores chistes, platicaremos de cuánto tiempo gastas en atar tus zapatos y cuanto tardas sin cerrar las pestañas, dime si te gusta reír y te contaré como me caí, arroja tu mejor golpe diciendo que puedes contar después del 49 y yo te tratare de impresionar diciendo que ya puedo atar mis agujetas solito.


Quítate los lentes y no me mires tanto a los ojos, quítate los calcetines, porque esta noche vamos a correr descalzos saltando rayitas, estamos perdiendo tiempo cada que dudas, si seré una buena persona, o si seré un acosador, deja de pensar que dirá la gente de nosotros, porque estamos locos, estamos hablando de sentir una nube en la rodilla, y estamos pensando cual de los dos es mejor en piedra, papel o tijera.

Saca esa duda de la cabeza, de ver quién es más alto, y párate sobre la banqueta para seguir siendo más pequeña que yo, me presento mi nombre es Johan, me llaman romeo, y aunque mido 1.76 aún sigo siendo pequeño.

Disculpa si te hablo con demasiada seguridad, pero es ahora o nunca.



jueves, 6 de septiembre de 2018

El tercer vaso.

En un conocido bar  del centro, estaba sentado algún protagonista de una historia no tan trillada, del tipo de historias que raramente ves en un cómic y de las cuales las historias de novela siempre saltan por no tener una buena trama, el protagonista con menos porte que los demás y el bar más olvidado del mundo, este hombre brindaba por un  amor el cual había partido ayer por la mañana 

con la pierna en el banco y el codo en la barra, cabizbajo este hombre no tenía ni la mejor intención de sonreir, tal parecía que la historia de aquel hombre tenía muchos suspiros que sacarme, de igual manera decidí sólo verlo, sus ojos llorosos, relataban su dolor y la botella que estaba en la barra esa su único consuelo, la música triste del bar no ayudaba mucho a sus comisuras a seguir bajando como las de un niño, cuando una mujer de la vida galante se le acercaba, sólo se limitaba a mirarla y levantar la mano en gesto de negatividad. 

si tan sólo pudiera saber el motivo de su presencia en este lugar, dejaría de estar observandolo con descaro y morbo, quizá el estaba tan enfocado en olvidar el amor que tuvo en noviembre. 
a fin de cuentas me acerqué y compre algunos cacahuates, algunos limones y pedí un vaso al cantinero. 

compañero no me diga si nombre, no planeo molestarle, tampoco me dirijo a usted con hambre de chisme, pero me gustaría saber si su historia es igual a la mía por el hecho de estar aquí, esta parte de bar es la más obscura, y usted no debería rodearse en este lugar. 

al cabo de una platica con el, el nivel de la botella estaba disminuyendo, y el hombre comenzaba a relajarse, explicó sus penas y no pude estar más equivocado. 
explicó después de unas cuantas copas, que su vida amorosa estuvo bien, que si vestía de traje no era por que fuere un gran ejecutivo, que tal vez todas las veces donde el cantinero le decía licenciado era solo para invitarme más limones o después de pedirle alguna servilleta. 

simplemente era un hombre normal, tratando de ahogar las penas con alcohol, quien diría que llegue a pensar que intentaba ahogar las mariposas, sin embargo no era asi. 

le lloraba a la  mujer que lo cargo de niño aquella que lo vio crecer, pues está tarde le había tocado verle acostada en un lugar no tan común, quizá su última cama y el más largo sueño, el tocaba sus dedos apenas unas horas atrás, como cuando era niño esperando despertarla tocando su mano, pero no funcionó.

Aquel ángel de piel longeva no despertaría una vez más para levantarlo temprano por la mañana ni mucho menos le platicaria de como fue su día.

Me sentí estúpido, por mil y un razones, yo estaba sentado en la esquina del bar, mi única compañía era el charco en una botella de tequila y un par de limones, llorando por mi exnovia. 

Aunque te lo cuento como si hubiese sido esta noche, fue ayer, y estoy tan seguro que tampoco esperabas esto, hoy estoy sentado en el borde del sofá, sosteniendo un periódico de prensa rosa, de los mismos que ponen textos ridículos para llamar la atención, y él encabeza la portada, pues un suicidio estaba entre las primeras líneas del mañanero.

La contra parte es que nunca le pregunté su nombre, y cuando intente pagar la cuenta cuando me dijo adiós, menciono que el pagaría todo, aunque intente no dejar la cuenta en su espalda, sus manos extendieron un billete grande que cubría mi mesa, las bebidas y una buena propina al cantinero.

Se llamaba Luis, puedo decir que se "llamaba", por que en este momento no respira, pero su historia me toca el pecho, lo único que puedo decir, es que la dama de negro estaba  brindando con nosotros, lista para llevarlo al campo santo, y ninguno la vio. 

Señorita Soledad.

Soledad, Se que no te duele, también que no te importa, pero ven y sientate a mi lado, quiero mostrarte mi cicatriz de noviembre, nunca antes habías visto algo así, te sugiero que no la veas tan de cerca.

Mi luz interior, ese espíritu de búsqueda murió en el momento en el que te la vi llegar, algo cambió, algo pasó, no me di cuenta muy bien cuando pasó, pero se que me dolió en el alma cuando ya no estabas.

Partio aquella mañana sin habla y sin ganas de dejar un recado a donde iria exactamente, solo me quedo el recuerdo y me quedaron las ganas de reír con ella una vez más, ya no tendría sus pies fríos entre los míos, y era exactamente eso lo que me dolía.


Señorita soledad, que bueno que llega póngase cómoda y perdón por los calcetines que deje en mi sala, en un momento los muevo pero su cena esta lista, se que le gusta la verdura con mantequilla, y la verdad no soy un buen cocinero pero estoy seguro que esto le encantará, deje al lado la vanidad y retire sus tacones, le invito a caminar sin ellos.

Le quiero contar muchas cosas, entre muchos de los temas esta el de mi amada, ella partio y creo que tendré que besarte todas las noches a ti, a costa de poder olvidarla, me gustaría poder iniciar esta platica con su nombre, pues ella es mi tema favorito, y honestamente también lo único que lo que se hablar.

Creo que después todo, la aburrí, eso de escribirle cartas le aburrió y supongo que ese era el motivo por el cual estaba muy emocionada por marcharse, y también creo que su sonrisa hace mucho tiempo ya no me pertenecía, pues, como tu sabes me pierdo en los detalles y las últimas dos ocasiones en que la mire, ella no sonrió en gesto de emoción al verme, se limitó a decir hola y seguir la conversación con una aburrida pregunta de - "Como estas", tampoco me abrazo y es por eso que me aflijio verla.

Después de todo mis chistes tontos ya no caían en su gracia y mi guitarra ya no la hacía ponerse roja, mientras tanto mi forma de hablarle de amor la conocía de memoria y era por eso su urgencia de irse,  tal vez mis flores ya no tenían ese mismo perfume que la enamoro alguna vez.

Cuántas cosas cambiaron en mi para repararlas, me gustaría convertirme en lo que a ella más le gusta para almenos tener su atención, esa parte de su canción favorita, exactamente esa la cual le pone la piel chinita, me gustaría ser su olor favorito, o el enunciado que más le gusta de su libro favorito, tal vez podrías ayudarme a conseguir una bruja la cual me convierta en su par de calcetines favorito, o la almohada que ella abraza cuando duerme, pregunta si el costo es más caro si me convierte en un lunar de ella.

Tal vez si aprendo a volar le voy a gustar otra vez, señorita soledad dame ideas y dime como le gustan los chicos a ella, dime si es que le gustan enormes y fuertes, o si le gustan flacos y altos, o bien dime cuantos golpes en la cabeza me tengo que dar para quedar igual de estúpido como los que le gustan, si la vuelvo a ver necesito un nuevo perfume, necesito los mejores zapatos del mundo, tal vez necesito la mejor camisa, y mi peinado debe de ser perfecto, ella debe saber que el cinto lo tarde en escoger y convina con mis zapatos.

Si se da cuenta que estoy nervioso no podre dejar de temblar, necesito el mejor libro para mantener la calma, y si estoy muy feliz de verla al punto de querer gritar necesito una cinta adhesiva muy fuerte, no la quiero asustar, soledad dime si ella usará tacones para vestirme formal, dime que corbata escojo por que ella usará su sonrisa otra vez, dime si me pongo calcetines negros o si me pongo más desodorante.

Mi barbilla esta perfectamente rasurada y mi tiempo es el indicado para poder llegar temprano a su casa, mis ahorros son los indicados para llevarla a su restaurante favorito y comprar sus alitas favoritas solo quiero saber si ella puede dar un beso o quizás dos, uno para aquí, y otro para llevar, si me regala un abrazo estaría mucho mejor, uno que dure por la eternidad.

Solo existe un pequeño detalle, que no me vuelva a recordar que no piensa en mi, que la deje ir, que esta mejor sin mi.

Señor Dragón.

Buenas tardes señor dragon, disculpe la hora en la que me vengo a presentar, yo se que su estómago ruge por estas horas y que el aperitivo para abrir el apetito esta servido en su mesa, después de todo se levantó esta mañana con dolor de cabeza.

Honestamente dudo que  intente hacerme daño, mire, después de esto, estoy seguro que me comerá vivo, y que el pollo frito, ese que su esposa prepara, lo olvidara, y comenzará conmigo.

Escupira algo de fuego y con suerte lograré esconderme en alguna roca, si pudiese bajar su furia, me permitiría dejar de temblar, pues tengo veinte años y aún estoy como niño, buscando esconderme, pero no lo haré, por que tarde alrededor de siete largos y tardado meses para pararme frente a usted y rogar una oportunidad con su hija.

Se que desaprueba la relación, y también se que me odia por que piensa que no soy un caballero con ella, pero le aseguro que no es así, y que esta más alejado de la realidad de lo que piensa, por que estoy dominado y arrodillado frente a ella gracias a la sonrisa que ella carga entre las mejillas.

Busque entre mis bolsas y vea que mis intenciones de hacer reír a su hija las compre por toneladas, aunque siendo sincero aún debo el noventa por ciento de la luna, la cual No me la darán hasta que pague el setenta y cinco, y honestamente di los ahorros de mi vida en el cinco por ciento, el otro cinco lo tuve que buscar en casas de préstamo.

Se que tiene acostumbrada a su hija a vivir como reina y déjeme decirle que nunca la he bajado de ese peldaño, ella es mi adoración y escojo las flores más bonitas solo para ella, sus flores favoritas son las rosas, aunque me gusta buscar girasoles, he terminado espinado por estar de travieso en la florería.

Las locuras que hice por ella son más grandes que las que he podido hacer alguna vez, que si bien se que estoy loco ella, me hace feliz.

Usted a criado, educado y convertido a una niña en una mujer, una dama, de esas de las que no se encuentran una tarde de domingo que vas a la tienda por jugos y chucherías,  de esas que cruzan la esquina y te miran a los ojos.

No le miento la primera vez que la vi, aquella mujer de cabello suelto, corta altura y vans, estaba muy lejos de mi alcance, sentí que a esos labios tipos como yo no llegamos, y me convertí en una lagartija que miraba al cielo, ella como una nube y yo al ras de suelo sobre una piedra con el sol en la espalda y ella volando y bailando al ritmo del viento.

Se que estoy enamorado desde el momento en el que le confíezo que yo no profeso ninguna religión, pero me he llegado a arrodillar y pedirle a él, que vive allá arriba - "Nunca te pido nada, y siendo sincero me siento hipócrita, pero esto no es para mi, es para ella, solo te pido que la cuides mucho", y para ser honesto no se como rezar, no se que decir pero cada que se enferma no me siento cómodo estando yo acostado y sabiendo que ella la está pasando mal.


Tengo un par de secuaces los cuales me ayudan a tratar de conquistar a tu hija, una guitarra vieja, mis cartas y un sinfín de chistes tontos. Nos ponemos de acuerdo cada miércoles a las 9 de la noche, cuando la luna se posa en lo más alto y me dice que está lista para escuchar la lluvia de ideas, ella y mi almohada son mi publico a la hora de cantar mis canciones, a la hora de escribir y sobre todo para ayudarme a inventar cosas nuevas.


Señor Dragón que bueno que se sienta y a bajado su nervio, honestamente no quería llegar a casa sin una pierna y con mis prendas hechas trizas, usted está acostumbrado a ver idiotas tras sus hijas, pero le juro que yo tengo una misión y es verla reír, hacerla sentir fuerte y segura de si misma, si ella duda alguna vez la culpa será mía por no haberla animado a hacerlo.


Quizá los esqueletos que reposan en su sala de estar, bajo su TV, son los mismos que han intentado caer en su gracia, pero aún le digo rogando que me deje hablar, quizá me faltan más de mil cosas para poder llevarme a su hija a pasear, pero estoy ahorrando por un caballo,  bien se que todos lo que la invitan a salir son mucho más apuestos, pero le aseguro que ninguno la quiere como yo, que si bien, yo vengo a pie desde la cima de aquella colina donde esta el paradero de mi casa, a ella la llevo a donde sea que ella quiera.

Corte un par de manzanas para que ella pudiera caminar  conmigo, y cuando ella quiere eructar, me tapo los oídos fuerte fuerte, ella es la magia de la vida, usted no escatimó en buscar los colores mas bonitos para su piel, y puedo adivinar que aquel cabello largo que ella tiene su esposa lo peino durante muchas noches, si la reina de hielo me mira aquí, me dara las buenas noches mientras me cierra la puerta en la cara.

De cualquier manera yo le pido una oportunidad, si esta noche, usted deja ir a su hija a los columpios, por que le escribí una canción y me gustaría cantarle lo que siento, si de alguna manera usted me pide que no vuelva a verla, me veré en la penosa necesidad de verla todas las tardes cuando usted tome su siesta después del café.

La robare cuando usted camine al mercado y algún día me casare con ella en la iglesia más grande del pueblo, mientras tanto, aquí estaré, escribiendole cosas detrás de estas rocas, convenciendola, tratando que ahuyentar a los chicos con caballo y aquellos que tengan mejores chistes que los míos, le pido una disculpa, pero la quiero en mi vida.

Con el temor del mundo en la mano, le habló, el hijo del sastre.