miércoles, 27 de noviembre de 2019

El saco de los recuerdos.

Ponte los tenis y ropa cómoda, tengamos más de 30 minutos de actividad, te invito a jugar conmigo "El Saco de los recuerdos", es una competencia para ver quien demuestra menos que extraña al otro.

Saca tu mejor brocha y ponte maquillaje para cubrir las ojeras de una noche invertida en recuerdos, quítale el gancho al vestido, ese que estuviste esperando usar, y úsalo en una cita casual y sin sentido.

El juego inicia con dos almas intercaladas hasta las fibras de su esencia, que bien saben que alejarse y al menos dar  3 pasos atrás es un suicidio, y desearle lo mejor al otro es hipocresía pura,  pues necesitas que esté contigo.

El egoísmo hace efecto cuando recuerdas que los besos ya no serán sólo tuyos, y tu pecho favorito ahora es aún lugar restringido, clausurado y sin retorno.

Comienza con el fin. El reloj comienza a correr después del último mensaje, quien suspire primero es quien lleva la desventaja, tu habitación se torna un campo de batalla y tus recuerdos son aliados de aquella, tu sonrisa favorita.

Aquí inicia la incertidumbre, el momento clave donde no podrás hacer nada sin que tus celos te traicionen, podrías pensar en 3 segundos que haga lo que quiera de su vida, pero pasarás 6 recordando las promesas.

Te invito a sentarte porque esta es una competencia de resistencia, los jueces le darán la victoria al primero que pierda la convicción y haga una llamada desesperada o un mensaje lleno de miedo.

Sabrás de memoria las razones por las cuales no pueden estar juntos, pero aun así le preguntarás al cielo todas las noches porque tiene que ser así, y no te preocupes está bien, todos hacemos eso.

Aquí viene la parte de lo que piensas,  y lo que de verdad es, lo que es una realidad, y lo que no, antes de que me hagas tu pregunta, sí,  si piensa en ti, pero al igual que tú tampoco dará el primer paso, todos estamos llenos de inseguridad, y nos sentamos a esperar mensajes que tal vez no van a llegar.

Es aquí donde tu castigo por no vencer tu orgullo será el de ver su foto por más de 10 segundo seguidos, parece poco pero ponerte  esos zapatos es usarlos durante 3 décadas.

Al recostarte en tu cama vienen marchando desde lejos aquellas risas que cubrían sus días dorados, en tu teléfono hay mensajes, pero ninguno es tan importante como lo de aquella persona.

Ninguna conversación logra captar tu atención más de 10 minutos, todas las conversaciones son iguales, sin sabor, sin color, encontrarás personas ideales para una relación brillante, pero para su mala suerte no es su momento.

Tendrás que darte al menos 4 vueltas antes de dormir, y a mitad de la noche despertarás buscando su calor, el cual será reemplazado por una almohada flaca y sin vida.

Este juego puede ser mortal, hubo gente que no supo convivir con sus emociones y ahora sólo son comida para gusanos, te invito a alejarte de las sogas y los objetos punzocortantes, ese no es el camino.

Te presento 2 opciones para terminar con el juego, Resignarte y llorar o sólo llorar, te presento la pregunta que me gusta pensar "¿Cómo sanar las heridas que el tiempo no sana?".

Existen reglas y principios, así que no te aceleres puedes temblar todo lo que quieras, suspirar y llorar tanto como lo necesites, este juego no tiene medio tiempo y tú no decides cuándo empezará.

Son cosas que pasan, personas tontas gritan que un clavo saca a otro clavo, pero sólo son palabras vacías, al momento de probar otros labios y otra piel, tu castigo es un vacío inenarrable,  te acompañará desde que te quites la ropa interior hasta que llegues a casa a dormir.

Cuando abras los ojos y tus mejillas favoritas no estén ahí, serás víctima del recuerdo, del vacío, de la soledad en su máxima expresión todo esto en esa misma escena.

Conocerás lo que es quemarte sin morir, coraje sin odiar, repudiar y querer besar todo este paquete en la misma persona, los primeros días no querrás volver a ver esa frente y los días restantes te hará falta su olor acariciando tu nariz.

Te condeno a revisar tu celular en busca de mensajes que no se escribieron, te condeno a suspirar cada que alguien diga su nombre sin querer, te condeno a fingir que puedes aunque por dentro un huracán este suelto por tu cabeza.

Después de explicarte todo esto te voy a responder otra vez esa pregunta, que no te ha dejado dormir, deja de mirar el techo las demás noches siguientes, sí, si piensa en ti.

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