viernes, 19 de mayo de 2017

Hoy no te quiero.

Mi reloj tenía en las manecillas las 9:45pm, mis amigos estaban a escasos metros de mi, y me preguntaban que si aún era feliz contigo, pues nuestra relación de pareja, como casados obviamente, ya tenía unos años arriba, así que las rutinas comienzan a surgir y las caricias y besos de paso, son el pan de cada día.

Les platiqué que yo aún seguía enamorado como el primer día que la miré salir de un centro comercial, estaba tan linda y llena de inocencia, que me enamoré poquito más de ella cuando lo mencioné, me parecía lindo que ella me tuviese el desayuno listo cada mañana, con un pequeño short color rosa y camisa de resaque, ése peinado en forma de cebolla en la nuca, su piel tan linda y esa silueta intacta a pesar de tantos años, aún desbordaba un mórbido sentido de lujuria, para tomarla por la espalda y besarla hasta poner húmedos sus labios, me encantaban los momentos de pasión con ella, ella es mágica, me encanta que me bese y me lleve a otro lugar.

Mis amigos se reían de mi al verme con los ojos en otros lugares y me decían que estaba loco, en fin al terminar de describir a la mujer que me acompaño en unos años de mi vida a uno de los hombres que estaba invitado en la fiesta esa noche se dirigió a mi con una pregunta curiosa.

-"Amigo, y usted le ha dicho todo éso?
Preguntó el hombre, que por cierto era la primera vez que lo miraba, era el invitado de uno de los amigos que tenía muchos años de conocer.


Con un gesto de desánimo le respondí casi a secas, le dije que por las mañanas solo me levantaba, me encaminaba al baño y después de una ducha, tomaba el desayuno que ella tenía listo para mi, y un beso en la mejilla eran las únicas acciones antes de salir de mi casa, y por las noches al llegar un beso y una plática corta de
"¿Qué hiciste hoy? "
eran mis buenas noches.


El hombre con toda la seguridad del mundo me pidió que marcará con mi celular el número de mi esposa, y le dijera a mi fémina, a mi doncella, a mi chica, a mi novia.
Que aún la amaba.

Tomé el teléfono, puse su contacto y ejecuté el número.
Tomé un pequeño respiro justo después de ir a un lugar apartado y dije:

-"Te amo, y me da gusto decirlo, me enamoras cada que te arreglas los sábados por la mañana para pedirme ir a caminar contigo, me encanta que al dormir me acaricies el cabello, me encantan los gestos que haces cuando te sobo los pies, me gustas justo en la misma medida en la que me acerqué a ti para pedirte tu número, cuando duermes te miro y me llena de emoción saber que el anillo que tienes en el dedo anular, te lo dí yo.
Me gusta saber que si te beso, el beso será correspondido y que un abrazo mio siempre será tu refugio."

Para antes de terminar, yo tenia un nudo en la garganta y alcance a escuchar la voz de mi esposa diciendo
- "Quién és? Ya te dije que no contestes mi teléfono".

Escuché una risa entre cortada, la risa de un hombre y la voz de mi esposa antes que me colgaran el llamado.

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