Y al salir de la casa, aquella pequeña que sustituí por un castillo, le dije a la mujer que me amaba que cuando se casara conmigo estaría en un rascacielos tocando una nube y hace unos días llego el recibo de luz que supongo que tampoco podre pagar otra vez.
me sentí tan mierda y culpable por prometerle cosas que no pude cumplir, así que al salir de mi casa con mi barriga vacía, tuve la dignidad de sentarme en aquella mesa a base de clavos oxidados y escribirle una pequeña carta, aquella donde le pedi disculpas por no haber logrado las cosas que le prometí y que una vez mas ella tendría que disculparme y entender el por que tendríamos que pasar una noche mas con el estomago a crujidos pequeños gritos de hambre, me sentí tan mal de llevarla al infierno conmigo.
después de pedirle disculpas y de prometerle que saldríamos adelante de esta difícil situación, horas después de trabajar en aquel estúpido taller, tenia que pasar cerca de una florería y le pedí una margarita muy linda a mi madrina, la cual accedió sin mucho insistir.
entre por aquella puerta de lamina, después de haber dado 2 pasos en nuestra habitación, vi que la maleta que compramos juntos esperando algún día poder viajar, no estaba en su lugar, y su ropa y los zapatos de ella, estaban en cualquier lugar del mundo, pero menos donde ella solía dejarlos.
deje la flor al lado de la carta que le escribí, la cual se encontraba sellada tal y como la deje al salir de mi humilde casita.
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