Hola, soy el Lic. Ricardo Martínez y les voy a contar algo que no debería, por que mi ética profesional se ve comprometida.
Hace unos momentos vi salir una mujer desconsolada dejando caer un mar de lágrimas, salió de mi despacho, resulta que esta historia viene de un problema de familia, si usted lector me permite, para ir directamente al grano,su esposo le estaba siendo infiel por más de 5 años seguidos.
Me platicó que ella estaba junto a él desde hace ya 18 años, su esposo pertenece a el ejército mexicano, a su esposo lo mandaban cada mes a la Sierra de Chihuahua a cortar plantíos de mariguana de cárteles mexicanos, y pasaba 1 semana franco (en descanso) así que cada que bajaba de la Sierra el pasaba a la florería de Guachochi a comprar las flores más bonitas y frescas que habían en temporada para llegar a su casa y dejarlas en un bonito florero color gris hecho de piedras, cada que él llegaba, le pedía al taxista que lo dejara 1 calle antes a llegar a su casa, pues así aseguraba que su esposa no escuchara el ruido de algún coche y tomarla por sorpresa con grandes flores.
Cada que el militar llegaba a casa, dejaba el gran ramo de flores en el mencionado florero, y tomaba la guitarra que siempre dejaba en un rincón de la sala para cantarle a su esposa.
Comían y daban por el parque grandes caminatas, para llegar a la heladería y comprar un helado, valga la redundancia.
Fué así que se mantuvo la relación por más de 13 años intacta, inerte, con lazos fuertemente entrelazados.
Hasta que llegaron aquí a Coahuila pues había cumplido su servicio militar en aquel lugar de Chihuahua.
La mujer me dió una serie de fotos de material instantáneo donde tenía las pruebas suficientes para pedir el divorcio.
-¿Usted tiene hijos?
Pregunté.
La mujer bajó la mirada y tras 7 segundos de incómodo silencio y sollozos me dijo.
-Soy estéril.
Se pretificó su voz, su comisura se hecho y sus pequeñas orejas se tornaron de un color rojizo.
Le pedí que se calmara y que me dijera como fué que ella notó la infidelidad de su esposo.
Ella me comentó que cuando llegaron a Coahuila
los soldados tenían que dar rondínes por la ciudad a altas horas de la noche, pues una fuerte movilización militar estaba presente en Acuña pues algunos tiroteos se habían presentado.
Caían sus lágrimas al decirme que cuando llegaba a su casa el militar no tenía nisiquiera la intención de recoger un pétalo en la calle para llevárselo como regalo, ya no tocaba la guitarra y cuando llegaba la hora de dormir, no la tocaba.
-¿Sabe usted dónde conoció a su amante?
Bajé la mirada cuando le pregunté.
Ella no supo contestarme, pero me dijo que la mujer con la que compartía el triángulo, era alta de 1.77cm de peso 72k cabello color castaño y de tez clara.
-El divorcio puede ser algo costoso, pero pondré la tercer parte de mi sueldo y todo mi empeño para que usted sea libre y salga de ese estado en el que se encuentra.
La mujer abrió los ojos, presionó sus labios limpió sus lágrimas y me preguntó que cual era la razón de mi apoyo, no intenté decirle nada dentro de los segundos venideros pero al cabo de 2 minutos tras pararme y mirar por la ventana que hay en mi oficina le dije que la mujer de las fotos y la descripción tan detallada que me daba, era mi esposa.
La mujer dijo que ella estaba impresionada y que le lastimaba decirme aquella noticia atroz.
Le pedí que volviera mañana a primera hora y hablaríamos del caso para comenzar los procedimientos legales en cuanto fuese posible.
Le dije que el papeleo y de las cuentas me encargaba yo, la mujer salió llorando de mi despacho.
Ahora estoy aquí, estoy apunto de abrir la perilla de mi hogar y tengo mucho que hablar con mi futura ex esposa.
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