Hola, gracias por permitir éste espacio y dejarme platicar con ustedes, primero que nada me presento, mi nombre es Aldaír Martínez.
Soy policía Guanajuato, México, llevo mas de 3 años prestando servicio, contrario a lo que muchos piensan yo intento ser honesto en mi trabajo y nunca dejo que el egoísmo se aproveche de mi trabajo, cuesta creerlo pero es así.
Un día como cualquier otro, mi turno me lo cambiaron, una tarde fría de febrero estaba dando vueltas por el sector que tengo asignado, cabe destacar que no era mi ruta pero tenía que estar ahí cubriendo.
Para pasar el resto de la noche entré a una tienda de paso a comprar un café para estar despierto y atento.
-"Necesito 2 unidades se acaba de registrar un allanamiento de morada en la calle..."
Guardé mi café, prendí las sirenas fuí con dirección a la calle indicada y pude ver un hombre tirado en el suelo, sangraba y tenía una libretita en la mano y al verme quedó pasmado, no le puse mucha atención y saqué mi arma tratando de tener sigilo buscando a los invasores, jamás había sentido un escalofrío como el que sentí ese día pero tras revisar la casa, volví con el hombre que estaba postrado en el suelo con múltiples heridas de lo que parecía ser un corta plumas.
Revisé su pulso y sentí como claramente sus labios abandonaban la fuerza y sus párpados cedían ante la muerte.
Su mano se abrió y pude ver la libreta, me puse un pequeño guante la abrí decía :
"Perdón, el abandono fué la opción".
Miré la casa descuidada, botes de cerveza, algunas jeringas y un hombre que desperdició su vida ahogado en vicios.
Vi morir al hombre que me dejó en la puerta de un orfanato a los 6 años y no supe perdonarlo.
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