Los miércoles definitivamente está cerrado por que mi amigo viene a jugar ajedrez.
Veía todos los días en punto de las 7:45 a la misma mujer con un niño de 10 años tomados de la mano a llegar a la escuela que se encuentra a no más de 2 cuadras de mi librería.
El pequeño estaba entusiasmo todos los días por llegar a la escuela con su mochila bajo el brazo y con la otra jalando a su mamá para llegar rápido y no tener ningún contratiempo.
Los veía desde mi ventana todas las mañanas, hasta aquel día, el día en que el niño caminaba cabizbajo y de la mano de su padre.
Al haber dejado al niño en la escuela don Mario padre del niño, amigo mío de más de 14 años se acercó a mi y me pidió concejos pues la madre del niño tenía cáncer y estaba en etapa final, cáncer de huesos, me preguntó que cual era la manera de decirle a un niño, que su madre no estaría para verlo crecer.
Yo sorprendido le dije que no había manera, pero es el deber de los adultos mantener la inocencia de un niño.
Así que le dí varios libros sobre como explicarle a un niño de la partida de un ser querido.
Le dije que no se sintiera mal, la vida es un ciclo y el ciclo nadie lo puede parar.
2 semanas después el hombre regresó para darme los libros, estaba tomado de la mano de su hijo.
Y el niño estaba triste y buscando refugiar su mirada en el suelo.
El niño notó mi pesada mirada y me preguntó si yo tenía algún trabajo disponible para él.
-Para que quieres el trabajo Nicolás?
-Mi papá me dijo que mamá estaba en el hospital y quiero ser yo quien compre sus medicinas y una pata de palo! para que ella sea la mejor pirata del mundo!
Volteé rápidamente sobre los ojos de Don Mario y el solo bajó la mirada intentando tragar el nudo que estaba intentando salir a gritos de su boca.
En efecto, una pierna amputada y varias puntadas era la respuesta.
Le dije a Nicolás que podría pasar hoy mismo a trabajar saliendo de la escuela, cubriría 1 hora de trabajo de lunes, martes y jueves.
Un día tras recibir una llamada de Don Mario me dijo que recogiera a Nicolás de la escuela y fuera yo quien llevara a su hijo con su abuela.
La madre de Nicolás había fallecido.
Ahora estoy viendo a Nicolás saliendo de su salón veo como levanta su mano saludando y comenzando a correr en mi dirección.
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