Ese día, o tarde mejor dicho, había muy poca gente en el lugar, era Miércoles, el día más vacío. Yo estaba en caja, estaba esperando clientes para poder llevarme unas monedas y después comprarme cosas sin importancia.
Ése día al oscurecer, yo platicaba con el cajero, depronto un niño de algunos 8, 9 años se paró frente a la caja y pies puntillas puso un juguete. Incluso antes de verlo llegar ví cómo tomó ése juguete del estante de ofertas.
El cajero al pasar el juguete por el escaner marcó $90.00 el niño hizo un sutil gesto y puso sobre la caja $70.00 pesos
-No te lo puedo dar así, lo siento.
Explicó el cajero.
Antes de quitar el juguete, yo ví su ropa algo maltratada y al ver que era casi dia del niño, tomé mi dinero justamente eran $20.00 el dinero que faltaba para pagar su juguete.
-Dáselo, yo te pongo el resto.
Le dije apresurado al cajero.
El cajero pasó el juguete, el niño lo tomó y salió del lugar sin más, no dijo adios y lo vi salir.
Pasados 5 minutos un carrito lleno de bastante mercancía pasaba por el anden y yo estaba empacando todo demasiado rápido como para poner atención alrededor.
Justo cuando sentí un pequeño jalón de mi mandil, al voltear pude ver al niño, el estiraba su mano y me daba una moneda, para salir corriendo.
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