Cuando leas esto quiero que estés recostada, deseo verte me lleno de alegría saber que cuando llegue ahí estarás esperándome.
Te amo, lo repetiría un Sin fin de veces, las que sean necesarias para que tú lo entendieras.
Se que fué una idea muy tonta el entrar al ejército durante un conflicto bélico como éste, pero el deber me llama, me encantaría contarte todas las cosas que han pasado.
En primera caminamos por un prado muy grande lleno de lirios y zanahorias, aunque las personas que nos miran caminar con los rifles nos miran aterrados, quisiera decirles que no pasará nada, pero no se hablar su idioma, además, sería una completa mentira.
Los rayos del sol son interrumpidos por grandes nubes negras, producto de alguna explosión, en la lejanía, algunos lugares están completamente incendiados y aldeas en ruinas adornan el tétrico camino.
Las lluvias son grandes y espesas, me pongo histérico cuando no para de llover por más de 5 días, no puedes dormir cómodo.
Un día caminando, un compañero piso una mina, y el teniente nos dijo que tuviésemos cuidado, cuando me acerqué a ayudarlo una gran lluvia de balas cubrió todo el sector en el que estaba y me tiré al suelo, cayeron 3 tipos los demás se tiraron al suelo para estar a salvo, combatimos el fuego enemigo durante una hora y sentí que fueron semanas, la desesperación era inenarrable pues llegué a contar 26 balas que pasaban a toda velocidad sobre mi cabeza, abatí 3 tipos con mi fusil.
Recuerdas lo que dije una noche antes de venir aquí?
"Si la distancia nos logra separar, recuerda los 6 años de noviazgo donde caminábamos por aquel río tomados de la mano"
Daría lo que fuera por volverte a ver, le regalaría mi fusil a cualquier tipo, las botas las tengo llenas de lodo pero el corazón lo tengo lleno de fe,
La trinchera en la que estoy hay un lugar donde el cielo esta despejado y puedo ver las estrellas, me acuerdo de ti,me encantaría correr y esquivar todas las balas.
Lo único que sé, es que no que morir sin poder besarte una vez más.
-Eso es todo lo que dice señorita, ayer tras el paso del medio día levantamos la carta, su prometido esta oficialmente desaparecido en combate, lo lamento.
Explicó el Teniente Coronel, tras entregar una medalla conmemorativa.
La señorita se sentó sobre una mecedora fuera de su casa y comenzó ella sola a leer la carta.
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