Una tarde de octubre mi mejor amigo me convenció para llevarle serenata a su novia de aquel entonces, me dijo que no tenía dinero, pero que su novia cumplía años y quería darle una sorpresa.
Ninguno de los dos canta bien, pero tocamos la guitarra, me dijo que tendríamos que ir hasta la casa de su enamorada para darle la serenata.
Esa tarde pasó por mi y me dijo que teníamos 2 opciones camino largo con alumbrado público y camino corto cruzando un arroyo.
Como los dos elegímos el camino corto decidimos comenzar la caminada.
Recordemos que el itinerario de octubre la noche comienza a dar fuerza a las 6:40 de la tarde.
Cuando pasamos por el arroyo pudimos ver un árbol grande que tenía diferencia una gran altura
Pasar por debajo del árbol era obligatorio pues el árbol estaba a tan solo unos pasos del arroyo.
Para ese entonces eran las 5 de la tarde y caminamos por el pequeño monte y llegamos a la colonia donde vivía su novia.
Para terminar rápido dimos la serenata reímos, pasamos un rato agradable ahí estaba mi novia y la de él junto a más chicas que se quedarían a dormir, así que nos quedamos hasta las 9:50 pm que fué cuando le marcaron por el celular a mi amigo, era su madre quien le pedía que volviera a casa.
la colonia de su novia estaba muy lejos de la de mi amigo así que comenzamos camino otra vez decidimos tomar nuevamente el camino corto por el arroyo.
Cuando nos dimos cuenta que el camino estaba exageradamente obscuro y nos dimos algo de luz con los celulares.
Al momento que llegamos al arroyo pudimos ver de nuevo el árbol, no tenía hojas y deba un aspecto tétrico, cuando cruzamos el arroyo escuchamos un fuerte grito y los dos nos agachamos era un grito de lamento, parecía película de terror, apagamos rápidamente las luces y buscamos el origen del sonido.
No había nadie comenzamos a caminar normalmente y escuchamos es grito sobre nuestras cabezas, al momento de alzar la mirada pude ver una mujer colgando del árbol, una mujer con vestido blanco.
Faltaban al menos 30 metros para llegar a la calle y comenzamos a correr entre los matorrales y espinas que rondaban el lugar una patrulla que pasaba por el lugar.
Nos detuvo por actitud sospechosa y le comentamos sobre la mujer.
Incrédulo, caminó con nosotros hasta aquel árbol, solo para encontrar un vestido blanco.
-Vámonos.
Dijo el oficial.
Desde ese día no paso por lugares así y cada que pasó por el lugar miro el árbol que hasta la fecha está seco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario