jueves, 10 de noviembre de 2016

La mujer de blanco.

Una tarde  de  octubre mi mejor  amigo me  convenció para llevarle  serenata  a su novia de aquel entonces, me dijo que no tenía dinero, pero que  su novia cumplía años y quería  darle una sorpresa.
Ninguno de los dos canta bien, pero tocamos la guitarra,  me dijo que tendríamos que ir  hasta la casa de su enamorada para darle la serenata.

Esa tarde pasó por mi y me dijo que teníamos  2 opciones  camino largo con alumbrado público y camino corto cruzando un arroyo.
Como los dos elegímos el camino corto decidimos comenzar la caminada.
Recordemos que el itinerario  de octubre la noche  comienza a dar  fuerza a las  6:40 de la tarde.
Cuando pasamos por el arroyo pudimos ver un árbol grande que tenía  diferencia una gran altura
Pasar por debajo del árbol era obligatorio pues el árbol estaba a tan solo unos pasos del arroyo.
Para ese entonces  eran las  5 de la tarde y caminamos por el pequeño monte y  llegamos a la colonia donde vivía  su novia.
 Para terminar rápido dimos la serenata  reímos, pasamos  un rato  agradable ahí estaba mi novia y la de él   junto a más chicas que se quedarían a dormir, así que nos quedamos  hasta las  9:50 pm que fué  cuando le marcaron por el celular  a mi amigo, era su madre quien  le pedía que volviera  a casa.
 la colonia de su novia estaba muy lejos de la de mi amigo así que comenzamos camino otra vez decidimos tomar  nuevamente  el camino corto por el arroyo.
 Cuando nos dimos cuenta que el camino estaba exageradamente obscuro y nos dimos algo de luz con los celulares.
 Al momento  que llegamos al arroyo pudimos ver de nuevo el árbol,  no tenía hojas y deba un aspecto tétrico,  cuando cruzamos  el arroyo  escuchamos  un fuerte grito y los dos nos agachamos era un grito de lamento,  parecía película de terror, apagamos rápidamente las luces y buscamos el origen del sonido.

No había nadie comenzamos a caminar normalmente y escuchamos es grito sobre nuestras cabezas,  al momento  de alzar la mirada pude ver una mujer colgando del árbol,  una mujer  con vestido blanco.
Faltaban al menos  30 metros para llegar a la calle y comenzamos a correr  entre los  matorrales y espinas  que rondaban el lugar  una patrulla que pasaba por el lugar.
Nos detuvo por actitud sospechosa y le  comentamos sobre la mujer.

Incrédulo, caminó con nosotros hasta aquel árbol, solo para encontrar un vestido blanco.
-Vámonos.
Dijo el oficial.



Desde ese día no paso por  lugares así y cada que pasó por el lugar miro el árbol que hasta la fecha está seco.

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