martes, 15 de noviembre de 2016

Para comprar tu sonrisa.

Caminaba nuestro protagonista un día por un villedo.







Caminaba con algo de prisa para llegar a casa,  paró  cerca de un manzano para  cortar algo de su fruto, al ver al dueño le dijo:
-¿Señor,  puedo cortar 2 manzanas para el camino?
-Adelante no hay problema!
 respondió el lóngevo hombre  sentado en la escalerilla de un tractor.


Al cortar las  2 manzanas  continuó  con su camino  a casa, pues casi era hora del almuerzo,  guardó las manzanas en su morral  y tomó el cántaro que tenía colgando del hombro para  llenarlo cerca del río  que yacía aledaño.


Cuando  estaba  llenando su cántaro,  una chica de mirada perdida  estaba sentada bajo lo que parecía ser un nogal enorme,  pues estaba tomando algo de viento fresco y realizando algo de actividad escolar, la chica,  no tardó en sentir la mirada de César quien tenía la mandíbula ligeramente  abierta.

Rápido lavó  la manzana y caminó  al nogal en el que estaba la linda señorita.

-Hola,  ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Marisol.
Respondió  la joven un poco intrigada.


-Te seré  sincero,  me pareces muy linda, espero que un día me des permiso  de acompañarte  a dar una vuelta por el parque,  no tengo mucho que ofrecerte,  y ojala  tuviera las flores más bonitas  pero te regalo esta manzana  que no lleva más  de 3 minutos que la corté.

La chica  tomó  la manzana  y le dió  un pequeño mordisco a la misma, no obstante, le dijo:

-Quizá yo también pueda  saber tu nombre, necesitaré tu nombre para saber en quien pensar.

Fué  un amor instantáneo,  de los mismos  que solo se necesita  un gesto simple y puro para que las miradas cediéran arrodilladas bajo el mismo cielo.

- Mi nombre  es César pero puedes decirme como a ti más te guste.
   Explicó.

- No tengo idea de algún sobrenombre tuyo así que te diré...
La chica  no había terminado  cuando con una voz temblante le dijo rápidamente.
- Puedes  llamarme amor si así lo deseas.

La chica se sonrojó,  y se animó a platicar por un largo rato con el joven, al cabo del rato el chico  busco un pequeño tronco, para sentarse a platicar  hablando sobre las cosas que tenían en común, las cosas  a futuro las metas de ambos y de las amistades de las que  se veían  rodeadas.

La historia  es exageradamente larga, para acortar la historia  y no hacerlo completamente tedioso ésto fué  lo que derrochó su relación después de haber sido novios durante 2 meses.
Esta es una carta escrita por César en febrero 15 del 2013.

"Gracias por  darme  las alas y volar tan alto como los pajaritos,  te doy gracias por  haberme dicho cuanto me querías  durante el poco tiempo que nos dejaron ser felices,  las cosas que nunca te dije se quedarán  guardadas en mi corazón y espero algún día volverte a ver para  decírtelas al oído y poder dormir tranquilo.

No olvidaré  el día que fuí  a tu casa,  yo se que tú  no tienes la culpa del temperamento de tu padre,  se que no tengo mucho dinero y que en ocasiones  moría de ganas por invitarte a cenar, solo podía ofrecerte una noche llena de estrellas y largos paseos.

Jamás me arrepentiré de haberme espinado tantas veces al tratar de cortar flores para ti de mi plantío,  no me arrepiento de haberte pedido que me enseñarás a escribir,  pues así puedo escribirte ésto.

Me lastimó escuchar a tu padre decirme  pobre,  me lastimó  cuando me dijo que yo no sería suficiente para ti ni volviendo a nacer.

Pero así es mi vida, duermo en un petate  y en tiempo  de frío el café y mi única  frazada me ayudan a pasar el invierno.

Me voy a él país vecino a buscar  trabajo y ser mejor para ti, volveré  cuando pueda pagarte un ramo de flores,  un vestido y tu anillo.

Mientras tanto no me esperes, cuídate y sé feliz.

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