Durante la secundaria yo éra el típico gordito de lentes, el típico nerd que se la pasaba con una revista de cómics, nunca salía, yo me la pasaba encerrado todo el tiempo, nunca tuve una novia y no tuve más amigos que mi perro.
Pero algo que si tuve fué una chica que se la pasaba molestándome todos los días, se llamaba Laura, élla se burlaba de mi, se burlaba de mi acné y de mis lentes, élla no era muy bonita pero tenía algo de cuerpo que éra con el cual se valía para tener novios, todos sus novios sin omitir ninguno, me molestaban junto a ella.
Algunos de ellos me golpeaban bajo órdenes de élla.
Me llevaban a la parte de atrás de la secundaria y me pegaban hasta llorar, después de éso se iban.
Tuve costumbre de llevar pañuelos y camisas de más para cambiarme y limpiar la sangre.
Finalmente salí de la secundaria, en la preparatoria me comenzé a juntar con otros tipos ellos me defendían y me ayudaban con cierto tipo de cosas por ellos conseguí mi primer novia.
Mis mejores amigos.
Cuando por fin me llevaron al psicólogo para tener atención y ayuda sobre los transtornos, pasó mucho tiempo, gracias a que mis padres tenían buena posición económica me llevaron a una buena universidad y a hacer maestría tiempo después.
Tengo un buen trabajo, laboro en la presidencia municipal, yo le doy el apoyo económico a familias de bajos recursos, Además, capacitación y ayuda para mujeres que viven bajo violencia familiar.
Mi jefe me pidió que fuera a revisar unos documentos del edificio y me fuí a checar los papeles.
Cuando abrí la puerta para pasar a mi oficina principal pude ver a una mujer con un bebe en brazos, piernas lastimadas, ojos morados y cicatrices visibles.
Éra Laura, me quedé pasmado y me quedé parado viéndola, élla ocultó su rostro detrás de la cabeza de su hijo. Intenté reirme y en vez de éso la perdoné y le ayudé.
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