Y ahí estaba élla, tan linda, tan bonita como siempre, sobre saliendo de todas las personas y con su perfecto cabello con olor a dulcura.
Su mirada es tan linda que todas las personas voltean al verla no era sorpresa verme a mí siempre detrás de élla.
El día de la fiesta de fin de curso, ésa que organizan los chicos populares y las chicas que no tienen identidad, yo estaba invitado, me sorprendí por que yo no soy un chico popular pero tampoco soy un retraído, así que me fuí a ésa mentada fiesta ésa mentada noche.
Para no hacer esta historia larga la chica que me gustaba estaba ahí, Wendy se llama, se acercó a mí y me comenzó a hacer plática, estuve hablando con élla por un largo tiempo hasta que con unos pequeños tragos de mas arriba, yo estaba listo para robarle un beso, ella cedió, me besó.
Por un momento me sentí el hombre más afortunado, después de unos besos y tragos de más la llevé al auto que me prestó mi papá, y la llevé a un hotel de paso, dejé en el estacionamiento el auto y la llevé de la mano a la habitación, la ví, tenía un vestido color gris, estaba bastante lindo para ser un vestido, estaba algo pegado y resaltaba perfectamente su cuerpo su silueta éra perfecta, sus piernas estaban tan lindas y provocaba que mi morbo se saliera de control, los tacones de color negro resaltaban sus tobillos y su pantorrilla tan linda.
Por fin había llegado el día, la besé por el cuello y comenzé a desvestirla, le besé todo el cuerpo y escuchaba cómo élla suspiraba, me quité la ropa y comenzó el coito.
Después de ésa noche no la volví a ver, le llamé para saber de élla, estoy en un hospital, ¿Adivina quién tiene sida?
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