miércoles, 4 de enero de 2017

Una pequeña sorpresa.

Justo pasaba el último año de curso en la Universidad,  estaba listo para  decirle adiós  a una generación que me  vió durante  5 años  seguidos, no me importaba mucho, pero éra necesario.

Y ahí  estaba élla, tan linda,  tan bonita como siempre,  sobre saliendo de todas las personas  y con su perfecto cabello con olor a dulcura.
Su mirada es tan linda que todas las personas voltean al verla no era sorpresa  verme  a mí siempre detrás de élla.

El día de la fiesta de fin de curso, ésa  que organizan los  chicos populares y las chicas que no tienen identidad, yo estaba invitado, me sorprendí por que yo no soy un chico popular pero tampoco  soy un retraído, así que me fuí a ésa mentada fiesta ésa mentada noche.

Para no hacer esta historia larga  la chica que me gustaba estaba ahí, Wendy se llama, se acercó  a mí y me comenzó a hacer plática,  estuve hablando con élla por un largo tiempo hasta que con unos pequeños  tragos  de mas  arriba, yo estaba listo para robarle un beso, ella cedió,  me besó.

Por un momento  me sentí  el hombre más afortunado, después  de unos besos y tragos de más la llevé al auto que me prestó  mi papá, y la llevé  a un hotel de paso, dejé en el estacionamiento el auto y la llevé de la mano a la habitación,  la ví,  tenía un vestido color  gris, estaba bastante lindo para ser un vestido, estaba algo pegado y resaltaba perfectamente su cuerpo su silueta éra perfecta, sus piernas estaban tan lindas  y provocaba que mi morbo se saliera de control, los tacones de color negro resaltaban sus tobillos y su pantorrilla tan linda.

Por fin había  llegado el día,  la besé por el cuello y comenzé  a desvestirla, le besé todo el cuerpo y escuchaba cómo élla suspiraba, me quité  la ropa y comenzó el coito.

Después de ésa  noche no la volví  a ver, le llamé para saber de élla, estoy en un hospital,  ¿Adivina quién tiene sida?

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