lunes, 9 de enero de 2017

Una plática común.


No puedo decir que la conocí, por que nunca le hablé,  pero en un par de ocasiones me quedaba parado viendo cómo sonreía, nunca me animé a hablar con élla,  aunque tuve muchas oportunidades,  un día al pasar al lado de élla con mi mochila bajo el brazo,  los zapatos sucios y mi peinado raro, me sonrió.
Tuve que salir de ahí, me dominó.
Eh escuchado su nombre cuando sus amigas hablan con élla,  María se llama, la busqué  en una conocida red social y mandé mi solicitud de amistad, élla  me aceptó y comenzé a escribir sobre lo que me hacía pensar cuando la noche abrazaba mi pequeña casa.
Te voy a romper la ilusión de tener un lindo final en ésta historia,  pero no llegué  a nada con élla,  nunca hablamos y élla  se mudó.

Hacía ya mucho  que no me fijaba en alguien,
Y sé lo que és el amor, pues ya lo había vivido antes, pero solo me dejó  secuelas y un par de recuerdos inútiles, decidí  alejarme de todo y olvidar el romance.

Ya me había topado con el amor, me llamó estúpido y sin embargo corrí de él, ya me había hecho un idiota el cual caminaba solo, cupido  me vió y me platicó sobre las cosas que tenía para mi y me preguntó si ya me había olvidado del pasado, mi respuesta fué correr, cuando logré esconderme detrás  de una linda roca caliza, gris y partida me dijo que éra inútil,  pues el mundo se movía por él, en cambio decidí  comenzar a correr y ví cómo se quedó parado.
Para mi mala suerte, olvidé que el mundo éra redondo.

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